Lo habíamos leído y comentado con don Hilario en aquellas clases de literatura a las 8 en punto de la mañana, en esa edición de Austral, de tono entre morado y rosáceo, que se descomponía fácilmente.
No te pongas estupendo, me decían quienes sabían de mi pasión por el libro de Valle-Inclán. Meses después vimos en el López de Ayala aquella magistral representación, con José Mª Rodero en el papel de Max Estrella y Carlos Lucena en el de don Latino de Hispalis, bajo la dirección de Lluís Pasqual.
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