09 mayo, 2011

El fin y los medios




M. Z. son las iniciales de una persona que fue llevada del brazo por agentes de seguridad del aeropuerto hasta un cuarto sin ventanas. No entendía ninguna de las preguntas que le hacían, no pudo dormir en toda la noche, ni avisar a su familia. El traductor que le trajeron al día siguiente tampoco consiguió comunicarle nada. Después fue trasladada en un coche y en un avión, con los ojos vendados, hasta acabar en una celda aislada en la que el silencio absoluto la hacía enloquecer. Al tercer día llegó alguien a quien entendía y que le preguntó por personas que no conocía y por lugares en los que nunca había estado. No creyeron sus respuestas negativas y empezaron a apretarle un poquito para que confesara. A partir de ese momento empezó a notar una asfixiante bolsa en su cabeza; otras veces se la sumergían en agua. Pero era por un fin noble, por una causa justa para la humanidad y ante lo que no cabía ser remilgado con los medios. Luego llegaron las descargas eléctricas, las quemaduras con cigarros, las uñas arrancadas de cuajo, las vejaciones y las humillaciones. Sus gritos desgarradores no eran escuchados y el corazón no pudo resistir tanta tortura física y psicológica. No intenten saber quién se esconde tras esas iniciales y pongan las suyas, las de sus hijos o las de sus amigos. Cuando se aplauden torturas y asesinatos vengativos, se deja la puerta abierta a que un día toque de cerca y no haya más remedio que callarse. Sabemos de la ruindad moral de muchos gobiernos y de sus denominadas agencias de inteligencia, pero luchar contra el terror ajeno no puede basarse en extender el propio.



Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 9 de mayo de 2011

3 comentarios:

natÀlia dijo...

Bona vesprada Javier,
imaginandolo con nombres que conozcas o no, es simplemente horrible...
un saludo

Puntos de vista y ... nada más dijo...

però hi-ha gent que no mès es dona conta d'aixó quan passa al seu costat.

La tortura es horrible siempre. No puede haber excepciones.

Un saludo

Anónimo dijo...

GENIAL JAVIER. NO LE PONGO NI UN SOLO PERO

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