Les recomiendo que el miércoles hagan lo mismo que todos los
días: levántense temprano, vayan a trabajar si es que pueden, lleven a los
niños al cole, realicen múltiples compras y gasten más energía de la necesaria.
No se les ocurra ir a la huelga porque apenas hay motivos para secundarla: vivimos
en un país de pleno empleo, los sueldos son muy buenos, los horarios de trabajo
cortos y fructíferos, nos van a dar tres pagas extras a fin de año, el salario
mínimo está por las nubes, no hay casi ningún contrato temporal, no existen
trabajadores obligados a ser falsos autónomos, nuestros pensionistas están
todos en Mallorca, nuestras escuelas cuentan con los mejores medios y el
profesorado lleva una vida de lujo, no hay problemas de vivienda porque sobran
pisos y nadie se suicida por causa de un desahucio. Es un país donde a la gente
llana le va muy bien y donde son las élites quienes las están pasando canutas.
Hasta tal punto de que no les quieren reponer el iPad que algunas señorías han perdido a los diez meses de habérselo
entregado gratis total. Así que es fundamental que el miércoles nuestros
gobernantes crean que todo va bien, que todo es perfecto, que tienen vía libre
y nuestro consentimiento para seguir adelante. Cada gesto de normalidad del 14N
será interpretado por Soraya Sáez de
Santamaría como una reválida a todos los Consejos de Ministros de este año.
En las manos de cada uno de ustedes está conservar con su silencio el “paraíso”
que les describía al inicio de esta columna, o bien despertar y alzar la voz
como último recurso. ¡Ah! Casi se me olvidaba: disculpen esta sobredosis de ironía. No volverá a
ocurrir.
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 12 de noviembre de 2012
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