El pasado 13 de
diciembre escribí en este mismo espacio sobre otras maneras de aprender,
atraído por el contenido de una conferencia de Bob Lenz sobre el aprendizaje basado en proyectos. Me había olvidado ya de esa historia cuando leí el reportaje de Ana B. Hernández sobre el rechazo de algunas madres y padres hacia
la metodología finlandesa implantada por las maestras de infantil en una
escuela extremeña. Lejos de mi intención está el dirimir si en ese caso concreto
tienen razón las familias que se quejan, las que están contentas o las
profesoras, porque ni es el espacio, ni tengo todos los datos. En cambio, esta polémica me ha hecho recordar lo sencillo que es sobrevivir haciendo lo que se
ha hecho toda la vida y lo complicado que es salirse de los caminos trillados
Hace ya muchos años
tuve un profesor de literatura que decidió romper con el esquema tradicional de
la enseñanza, aparcó las gruesas enciclopedias en las que se desgranaban
títulos y fechas de publicaciones y se sentó en la mesa para comentar
participativamente obras del Duque de Rivas o Galdós. Se pueden imaginar que al
tercer día el delegado de clase ya estaba rodeado de gente que, con las manos
en la cabeza y entre lágrimas, pedían que hiciera algo para que aquel loco
profesor volviera a la “normalidad” de dictar unos apuntes que memorizar y
poner en el examen. También recuerdo a una profesora de idiomas que escribía
para sus clases un auténtico serial, introduciendo en las situaciones
comunicativas detalles de la actualidad y de los gustos de los propios
alumnos-actores, pero que acabó abandonando porque un rancio departamento y un
par de quejas de padres aconsejaba volver al tedioso mundo de rellenar los
espacios en blanco con la palabra adecuada.
Lo más fácil es
siempre seguir la corriente, hacer lo que está previsto, repetir lo que está
marcado sin pararse a pensar en si merece o no la pena. Nos hemos acostumbrado a
perdonar más al que prosigue con su silencioso fracaso, que a quien innova y da
un salto mortal. No me cabe duda de que cualquier cambio tan sustancial en un
ámbito como el educativo debe hacerse con mucho consenso, mucha participación
de toda la comunidad, todo el apoyo del centro y con garantías de continuidad.
Puede que la aplicación de la nueva metodología en ese colegio de Santa Amalia
no fuera impecable, pero no caigamos en errores ya vividos desde hace siglos en
un país que se jactaba del “que inventen ellos”. Si unas maestras han decidido
poner las aulas patas arriba y emular sistemas que han tenido éxito en otros
lugares, hay que aplaudirles la heroicidad de intentar algo distinto, porque lo
más cómodo para ellas habría sido seguir al pie de la letra los libros de texto
y no meterse en líos. Si seguimos haciendo lo mismo de siempre y nos atenaza el
miedo a los cambios, acabaremos obteniendo idénticos resultados. Pensémoslo.
1 comentario:
Particularmente me encanta viajar, conocer un poco de todas las culturas, pero mi destino preferido sin duda alguna es el continente Asiático… Me toco mucho salir de mi zona de confort y buscar algo distinto y de verdad me a encantado...
Los Viajes a Sri Lanka para mi los mas fascinantes, nos regala verdaderos tesoros, esa mezcla de modernidad y tradición, cultura y naturaleza brinda los ingredientes para un viaje inolvidable, y si antes de finalizar el viaje disfrutas de unos días de relax y buceo en las Maldivas, se convierte en el viaje perfecto.
Publicar un comentario